Presentación de
reflexiones sobre los
procesos de
estructuración territorial
de la ciudad
Presentation of
reflections about
processes of the
territorial structure
in the city
Propuesta de nodos urbanos de inclusión en el
área de Abasto de Buenos Aires
El área de Abasto de la ciudad de Buenos Aires se ha desarrollado históricamente con un carácter abierto de su trama urbana donde la calle, la esquina o la plaza fueron instrumentos cívicos de cohesión social. Sin embargo, en las últimas décadas se han instalado procesos que rompen esos patrones de crecimiento -como en toda la ciudad- mediante enclaves fortificados que encapsulan actividades, fragmentan
territorios y expulsan población.
En este marco, hemos elaborado una propuesta de intervención basada en un proceso colectivo que tiende a resignificar al espacio público para prácticas solidarias. Se trata de la implementación de un “Parque Social”, a modo de red de nodos urbanos de inclusión que establece lazos de contención, fortalece relaciones de vecindad, ofrece nuevas oportunidades
a la comunidad y busca recuperar
valores sociales en pugna.
En las dos últimas décadas se ha instalado en la ciudad de Buenos Aires un proceso de aguda polarización de su trama urbana. La aparición de inversiones inmobiliarias de gran escala combinada con el estímulo hacia el englobamiento y conformación de grandes parcelas, entre otras disposiciones fomentadas por la normativa urbana vigente, subvirtió los patrones tradicionales de crecimiento a partir de la generación de enclaves fortificados que encapsulan actividades, fragmentan territorios y segregan población. Es así como comenzaron a constituirse los “parques cerrados”.
De modo que se observa el surgimiento de una “nueva pobreza” que se sumó a la pobreza tradicional de las zonas degradadas de la periferia y del interior de la ciudad consolidada. Asimismo, los sectores altos buscaron “refugio” en fortificaciones amuralladas de los suburbios de la ciudad –los “barrios cerrados”, los country clubs, los clubes de chacras–, o bien en desarrollos urbanos verticales –las “torres country”–, en las zonas tradicionales de la ciudad consolidada.
Efectivamente, si bien se observa la bunkerización de territorios, con alta seguridad y aislamiento, también la trama abierta de la ciudad se desarticula, se desdibuja y rompe los criterios que históricamente la consagraron como tal. Estas nuevas lógicas generan la ruptura de las estructuras sociourbanas sedimentadas a través del tiempo, la degradación cualitativa de las preexistencias y el incremento de las demandas de
movilidad por medios privados.
La crisis argentina de finales de 2001 produjo un fuerte cambio de estado y sentido en las diferentes formas de manifestación popular y de apropiación del espacio público. La ciudad de Buenos Aires se constituyó en el epicentro de los estallidos sociales a escala nacional. La calle fue tomada por la ciudadanía como espacio resignificado para prácticas deliberativas y solidarias, así como también para vandalismo y desobediencia urbana. En este contexto de ebullición social emergió un nuevo escenario para el espacio público.
A partir de 2003 la ciudad de Buenos Aires inició un camino de desactivación progresiva de dichas prácticas que se fue replicando en el resto del país. Las acciones y movilizaciones sociales fueron perdiendo fuerza efectiva. Es así como cierta estabilización de las variables de la economía local colaboraron, entre otros factores, con la merma de parte de la actividad de los cartoneros, la desarticulación de los clubes de trueque –sumada a otras razones de ejecución interna–, la desactivación de las asambleas barriales –a partir de diversas instancias de negociación con los ahorristas perjudicados- y la salida de las calles de los grupos piqueteros –en la medida que algunos grupos fueron sumados a fuerzas políticas tradicionales–.
Transcurridos cinco años de aquella crisis institucional, surgen en el campo cultural argentino nuevas interpretaciones vinculadas a la actualidad del concepto espacio público, en medio de su recurrente aparición en primer plano tanto por los efectos de la divulgación de las acciones de renovación de aceras, embellecimiento y vallado de áreas verdes –la elevación del concepto a la figura de ministerio en el gobierno local es otro dato relevante, así como por las numerosas programaciones de actividades culturales al aire libre–.
Definida como “recipiente conceptual” por su capacidad de conexión de esferas tan diferenciadas como la ciudad, la política o la sociedad, la categoría de espacio público resulta ser en estos años –“entre la crisis y el boom turístico e inmobiliario”– la depositaria de una variada cantidad de discursos de muy diversos orígenes y campos de interés. Sin embargo, y más allá de las posibles definiciones del concepto, el espacio público sigue constituyendo el lugar de la expresión de los conflictos y disputas sociales, contra todos los intentos de representación de la transformación urbana.
La problemática de los centros históricos como Abasto se ha convertido en un tema central de debate en las políticas urbanas de las ciudades latinoamericanas. Algunos de sus componentes de degradación y deterioro que sufren lo constituyen: la pauperización creciente de los estratos sociales menos favorecidos, el ajuste económico que reduce las políticas sociales, la privatización de servicios que retrae la presencia del Estado nacional, la tensión establecida entre riqueza histórico-cultural y pobreza económico-social. Esto acentúa el carácter contradictorio que ostentan los centros históricos: el par polar establecido
entre preservación y desarrollo.
En consecuencia, surgen como principales problemas a resolver en Abasto los siguientes: (a) cómo encauzar las sinergias del lugar hacia un horizonte común, deseado y legitimado, definiendo una estrategia de actuación que proporcione un modelo de gestión del territorio; (b) cómo asegurar la viabilidad de las propuestas, identifi- cando los recursos para su ejecución e involucrando a los responsables de la toma de decisiones; y (c) cómo desarrollar asociaciones participativas significativas público-privadas, que involucren a todos los
agentes sociales de la comunidad local.
El área de Abasto en Buenos Aires debe interpretarse como un barrio histórico, luego de la pérdida de las funciones de centralidad que le dieran origen. El área inició hace unos años un ciclo de revitalización a partir de la operación de reciclaje del viejo mercado. Ha transitado un camino por el que atravesó desde un estado de abandono absoluto hasta una incipiente transformación en centro de atracción turística. Sin embargo, aún conviven graves conflictos de inseguridad, marginalidad, clandestinidad y degradación que requieren el aporte de ideas y estrategias de gestión que impulsen su compleja reconversión.
En los avances alcanzados por los diversos procesos de recuperación y revitalización de los centros históricos se constata que para su sustentabilidad ambiental, social, cultural y económica, es necesario desarrollar planes, programas y proyectos de carácter integral y participativo, con los cuales se vayan generando principios y pautas comunes de acción. Con lo cual, en el particular caso de Abasto se plantearon
diferentes campos a trabajar:
● Estrategias de valoración: reconocer al patrimonio cultural del área como fuente de desarrollo y acervo potencial de la identidad colectiva de la ciudad. Con lo cual, se deben atender problemáticas estructurales tales como: degradación del patrimonio, despoblamiento y desempleo, privatización de espacios públicos, tugurización y pobreza extrema, pérdida y/o relegamiento de su centralidad, ausencia de políticas de rescate, déficits en los procesos de gobernabilidad, falta de conciliación de intereses entre la población
residente y la población “flotante”.
● Estrategias de intervención: desarrollar nuevas modalidades de intervención y tratamiento integral del área, que lo afiance como centro “vivo” de la ciudad, como inductor de la acción concertada de los actores públicos y privados para lograr la sustentabilidad de su rehabilitación y valoración. Esto implica políticas de “alivio” y superación de la pobreza, mejora de las condiciones de habitabilidad, preservación del medioambiente, democratización de la gestión pública, y respeto y tolerancia de las identidades étnico-culturales, y recuperación de la centralidad.
● Estrategias de administración: la preservación y revitalización del área por la complejidad de su problemática, con una visión integral que los interprete e inserte como parte del sistema urbano en su conjunto. Esto implica la conformación de un marco jurídico que asigne responsabilidades y competencias de actuación, y asegure la puesta en ejecución de mecanismos de gestión eficientes que incluyan la participación y concertación ciudadana. Involucra, además, el desarrollo de mecanismos de financiamiento y promoción de la inversión pública, privada y mixta.
● Estrategias de recuperación: la crisis por la que atraviesa el área en los centros históricos compromete la calidad del hábitat. Con lo cual, se requieren políticas y programas que promuevan la renovación urbana, la destugurización, la recuperación ambiental, la seguridad ciudadana, la generación de oportunidades de empleo, la participación vecinal y ciudadana, el fomento de los vínculos de solidaridad y reciprocidad entre los diversos actores, y la consolidación de los espacios multiétnicos y pluriculturales que hacen a los centros ámbitos vivos abiertos a la creatividad y diversidad.
Sin dudas, en estas estrategias planteadas se instala al gobierno local como un fuerte actor, para coordinar e implementar políticas de desarrollo. Y en función de las posibilidades y factibilidades de operatividad del presente proyecto en la coyuntura política descripta, hemos considerado la posibilidad de establecer una propuesta de construcción de una red ciudadana identificada con Abasto, cuya voluntad de ejecución no esté sujeta ni dependa de las alternancias políticas ni de manejos departamentales. En virtud de ello, se buscó articular a diversos actores de la población local -habitualmente enfrentados o no necesariamente cohesionados entre sí-.
Uno de los principales problemas de orden físico del área es la carencia de espacios públicos y áreas verdes. Por otra parte, el barrio dotado tradicionalmente del mayor circuito del teatro independiente de Buenos Aires (hasta hace un par de años sumaban veintidós), ha comenzado a verse disminuido en número por el cierre de salas que no han podido adaptarse a las medidas de seguridad requeridas luego de la catástrofe de Cromañón. Si es el espacio público un “recipiente conceptual” tal como se lo ha definido, también representa por ese medio y por esa figura, el ámbito donde poder encontrar los puntos de encuentro necesarios, en beneficio de la coexistencia y
la mutua potenciación de las acciones.
Con el propósito de ofrecer respuesta a esta multiplicidad de factores en juego, comenzó a tomar forma un plan de acción que busca: por un lado, generar una unidad de gestión territorial permanente y, por otro, construir un sistema de nodos de contención social para las familias del barrio y de promoción cultural alternativo a los circuitos tradicionales. De esta manera toma forma el “Parque Social Abasto”, que recupera las preexistencias identitarias e instala a la comunidad local como protagonista de la transformación local.
La primera experiencia concreta destinada a generar nodos de inclusión en áreas de segregación se desarrolló recientemente en el Barrio La Estrella del municipio de San Miguel –en el segundo cordón metropolitano de Buenos Aires–, y se denominó “Parque Social”. Su objetivo fue organizar a la comunidad local para que sea capaz de recuperar por sí valores sociales en pugna, tales como: competitividad y cooperación; solidaridad y compromiso; seguridad y recreación; formación y trabajo; futuro y presente.
Para revertir la situación crítica del barrio se propuso la recuperación de un terreno baldío adyacente para emprender allí diversas actividades de contención que permitan la reinserción de los jóvenes en el sistema educativo, la generación de herramientas de acceso al empleo y el desarrollo de microemprendimientos que potencien las capacidades locales. De este modo la población local construyó un rumbo deseable
y puso a prueba las habilidades de gestión
adquiridas por los vecinos.
Luego de un par de años de trabajo en el área de Abasto a través de instancias de participación efectiva en las redes sociales y culturales de la zona, y del aporte académico conseguido con la formación de grupos de alumnos y miembros representativos de la comunidad local, trabajando tanto dentro de la estructura de grado de Arquitectura como en la extensión universitaria a través de un programa de investigación, se ha comenzado a ejecutar el “Parque Social Abasto” como pieza central de la etapa de implementación de la investigación en curso.
El proyecto de Parque Social se constituye entonces como un dispositivo articulador de las diferentes iniciativas dispersas, a partir del aprovechamiento de los recursos existentes en el Abasto con la finalidad de la multiplicación de las áreas de uso público en la diversa oferta de espacios y núcleos privados e instituciones. En todos los casos se busca favorecer un sentido unitario para el proceso, enlazando al conjunto de las tareas a partir del cumplimiento de un objetivo central tomado como denominador común: la ampliación física y la mejora cualitativa del uso del espacio público y la conformación por ese medio de un sistema
abierto de cohesión social.
Desde el punto de vista de la implementación del proyecto, se ha emprendido una serie de fases concatenadas. La primera consiste en la reunión de los diferentes grupos, instituciones e individuos participantes a través de encuentros programados. En ellos cada uno de los integrantes de la red expresa sus actuales proyectos en marcha, las ideas y propuestas nuevas que aportar así como disponibilidades y posibilidades concretas para facilitar sus instalaciones edilicias, terrenos, tiempos y otros recursos de orden físico, para ser incluidos en el nuevo mapa barrial y/o convertirse en recursos para proyectos de
nuevos integrantes de la red.
Seguidamente se trabaja sobre aquellas iniciativas que aún no cuentan con financiamiento cierto, a fin de encauzar su grado de factibilidad. Eso está ocurriendo en concreto con el proyecto de un circuito teatral –una experiencia de teatro callejero a lo largo del barrio–, desarrollado de manera conjunta entre una compañía de teatro independiente y empresarios del sector turístico; que está en la búsqueda de una línea de subsidios del área de cultura del Gobierno de la Ciudad. De todos modos, la mayoría de los proyectos en
marcha prevén su autofinanciamiento.
Las fases posteriores tienen que ver con la preparación del entorno y herramientas que sustentan el proceso. Esto implica la elaboración de un mapa que permita visualizar todos los componentes de la red y sus ofertas. Una herramienta complementaria es la confección de un sitio en Internet que facilite trabajar en conjunto con el mapa como una suerte de agenda local del espacio público, una línea de tiempo que maneje grados de flexibilidad mes a mes para realizar las programaciones respectivas. Podrán entonces exponerse los diferentes eventos en diferentes áreas de interés, a la vez que podrá identificarse en el mapa la variación de la
figura dinámica que tomará a lo largo del
tiempo el Parque Social.
Se enlazan así eventos de las asociaciones civiles, de los teatros y centros culturales, de la red de instituciones sociales, de grupos de vecinos, de artistas y de las universidades, de manera de formar una red más amplia que permita la multiplicidad de actores, a la vez que articule las actividades y agendas en un único espacio de visualización, como así también la de otras iniciativas que impulsen el mejor aprovechamiento
del espacio público de la ciudad.
Las actividades puestas en marcha son: escuela de fútbol para niños, apoyo escolar, apertura y visita a talleres de artistas de la zona, el circuito turístico teatral, la cumbre de juegos callejeros, festivales de música popular, talleres de capacitación, foros de discusión, seminarios sobre el parque social, atención
psicológica, entre otras.
A partir de tareas de relevamiento sociourbano se logró en una primera instancia desarrollar una mirada diagnóstica del sitio. Seguidamente, se construyó una modelización teórica que pretendía generar redes de contención social, a partir de los problemas detectados. A continuación, mediante talleres participativos de discusión, se validó la iniciativa con la comunidad local; y tal propuesta se encuentra en implementación.
Desde esta perspectiva, el proyecto del Parque se instala como herramienta capaz de aportar una posibilidad efectiva de articulación social y de reconfiguración urbana. Dado que se trata de un sistema abierto e inclusivo, representa de la manera más horizontal posible las relaciones entre los diferentes actores sociales por fuera de estructuras jerárquicas y que expone su confianza en la sociedad civil.
A modo de conclusión, en las tradicionales áreas consolidadas que atraviesan agudos procesos de fragmentación, que acentúan los problemas de exclusión y de segregación social, mediante tan aisladas como pequeñas iniciativas locales, han comenzado a surgir nodos urbanos de inclusión. De modo que, frente a un crecimiento diferencial de la ciudad, resulta relevante sostener, consolidar y reproducir esta incipiente experiencia de parques sociales, que tienden redes de contención, que fortalecen relaciones de vecindad, que ofrecen nuevas oportunidades a la población y que permiten recuperar
valores sociales en pugna.
© Guillermo Tella y Gustavo Diéguez
A proposal for urban nodes of inclusion in the
area of Abasto in Buenos Aires
The area of Abasto in the city of Buenos Aires has historically developed within an open urban fabric in which streets, corners and the square have been civic instruments of social cohesion. However, in recent decades, there have appeared processes that break those patterns of growth through fortified enclaves that encapsulate activities, fragment territories
and expel population, as in
any other city.
Within this framework, we have developed a proposal for intervention based on a collective process that tends to give a new meaning to public spaces for solidarity practices. It is the implementation of a 'Social Park', a network of urban nodes of inclusion establishing containment relationships, strengthening neighborhood relations, offering new opportunities to the community and seeking to recover competing
societal values.
In the last two decades, an acute polarization process of the urban fabric has been installed in the city of Buenos Aires. The emergence of large-scale real estate investments combined with the stimulus to the assemblage and formation of large plots, among other provisions promoted by the urban regulations in force, subverted the traditional patterns of growth with the creation of fortified enclaves that encapsulate activities, fragment territories and segregate population.
This is how the 'enclosed parks' came
to existence.
So we observe the emergence of a 'new poverty' that was added to the traditional poverty of degraded areas of the periphery and the inner consolidated city. Also, the upper classes sought 'refuge' in suburban walled fortifications -'gated communities', country clubs, farm-clubs, or in vertical urban developments,
the 'high-rise country-buildings'- in
the traditional areas of the
consolidated city.
Indeed, while the bunkerization of territories, with high security and isolation, is observed, also the open fabric of the city dismantles, fades and breaks the criteria that have historically consecrated as such. These new logics generate the breaking of socio-urban structures sedimented over time, the qualitative degradation
of the preexisting items and increasing
demands for mobility by
private means.
The crisis in Argentina in late 2001 was a sharp change in the status and the sense of the different forms of popular demonstration and appropriation of public spaces. The city of Buenos Aires became the epicenter of the nationwide social unrest. The citizenry took the streets as a redefined space for deliberative and solidarity practices, as well as for vandalism and urban disobedience. In this context of social boiling
a new scenario for the public
space emerged.
Since 2003 the city of Buenos Aires has started off a road of progressive deactivation of such practices, which has been replicated in the rest of the country. The actions and social movements grew less and less effective. Thus, some stabilization of the local economic variables, among other factors, contributed to the partial decline of the activity of the cardboard-collectors, the de-articulation of barter clubs -along with other reasons of internal performance-, the deactivation of neighborhood assemblies - since the beginning of various levels of negotiation with the affected depositors- and the ousting of the streets of the so-called 'piqueteros' groups --to the extent that some groups were added to the traditional political forces.
After five years of that institutional crisis, there arises in the Argentine cultural field new interpretations related to how much up-to-date is the concept of public space. This happens in the midst of its recurring appearance in close-up as much for the effects of dissemination of the actions of sidewalks renewal, beautification and fencing of green areas -the rise of the concept to the status of ministry in the local government is another relevant data-as for the numerous schedules of
outdoor cultural activities.
Defined as a 'container concept' because of its ability to connect different areas such as the city, politics or society, the category of public space comes out to be in these years --'between the crisis and the tourism and real estate boom'-- the depository of a varied number of discourses from very diverse origins and fields of interest. However, and going beyond the possible definitions of the concept, the public space remains the site for the expression of social conflicts and disputes, against all the attempts of representation
of urban transformation.
The issue of historic centers as Abasto has become a central topic of debate in urban policies of Latin American cities. Some of the components of degradation and deterioration that they have are: the increasing impoverishment of disadvantaged social strata, the economic adjustment that reduces social policies, the privatization of services that retracts the presence of the National State, the tension established between the historical-cultural wealth and socio-economic poverty. This accentuates the contradictory nature displayed by the historic centers: the polar pair of opposites established between preservation
and development.
Consequently, some questions emerge as major problems to be solved in Abasto: (a) how to channel the synergies of the place towards a common, desired and legitimized horizon, by defining a strategy for action that provides a model of land management, (b) how ensure the viability of the proposals, identifying the resources for its implementation and involving those responsible for decision making, and (c) how to develop participatory and meaningful public-private partnerships,
involving all social agents in the
local community.
The area of Abasto in Buenos Aires must be interpreted as a historic district, after the loss of centrality functions which originated it. The area began a few years ago a series of revitalization with the recycling operation of the old marketplace. It has undergone a path that goes from a state of absolute abandonment to an incipient transformation into tourist attraction. However, there are still serious conflicts of insecurity, marginalization, clandestinity and degradation which
require the input of ideas and management
strategies to boost its complex
conversion.
In the progress made by the various processes of recovery and revitalization of historic centers, it is found that for their environmental, social, cultural and economic sustainability, it is necessary to develop plans, programs and projects with a comprehensive and participatory character, with which common principles and guidelines for action start being generated. Whereupon, in the particular case of Abasto, there arose different fields to work upon:
● Appreciation strategies: recognizing the cultural heritage of the area as a source of development and potential asset of the collective identity of the city. Thus, structural problems must be addressed, such as degradation of heritage, depopulation and unemployment, privatization of public spaces, dilapidation, slumming and extreme poverty, loss and/or relegation of its centrality, absence of rescue policies, deficits in governance processes, lack of reconciliation of interests between residents and
the 'floating' population.
● Intervention strategies: developing new methods of intervention and comprehensive treatment of the area so as to support it as a 'living' center of the city, as an inductor of the concerted action of public and private agents to achieve the sustainability of its rehabilitation and appreciation. This involves policies of 'relief' and overcoming poverty, improving living conditions, environmental preservation, democratization of public management, respect and tolerance for ethnic and cultural identities, and recovery
of centrality.
● Management strategies: the preservation and revitalization of the area due to the complexity of its problems, with a comprehensive vision that can interpret and insert them as part of the urban system as a whole. This involves the creation of a legal framework that assigns responsibilities and powers of action, and ensures the implementation of efficient management mechanisms which include citizen participation and compromise. It also involves the development of mechanisms for financing and promotion of public, private and mixed investment.
● Recovery strategies: the area of historic centers is going through a crisis that compromises the quality of habitat. Therefore, policies and programs are required to promote urban renewal, anti-dilapidation and de-slumming, environmental restoration, public security, the generation of employment opportunities, neighborhood and citizen participation, the fostering of bonds of solidarity and reciprocity among various agents, and the consolidation of the multiethnic and multicultural spaces that make centers living areas open to
creativity and diversity.
Undoubtedly, these strategies install local government as a strong agent, to coordinate and implement development policies. And depending on the possibilities and feasibilities of operation of this project amid the political situation described, we have considered the possibility of a proposal to build a citizen network identified with Abasto, which will of execution will not be subject to nor depend on the political alternation or departmental management, either. On that basis, we have attempted to articulate the various agents of the local population, who are often confronting
or not necessarily cohesive
among them.
On the one hand, one of the main problems of physical order of the area is the lack of public spaces and green areas. On the other hand, the neighborhood, gifted with largest traditional independent theater circuit of Buenos Aires (which, a couple of years ago, numbered twenty-two), has begun to decrease in number due to the closure of facilities that could not be adapted to the security measures required after the catastrophe of Cromañón. If public space is a 'container concept' as it has been defined, it also represents by such means and by that figure, the area where the necessary points of rendezvous can be found, for the benefit of
coexistence and mutual enhancement
of actions.
In order to provide a response for this multiplicity of factors at play, an action plan was begun to be developed which aims, firstly, to create a permanent territorial management unit and, secondly, to build a system of social containment nodes for the families of the neighborhood and for a cultural promotion to make it an alternative to traditional circuits. Thus, 'Abasto Social Park' takes shape, which retrieves the pre-existing identity and installs the local community as the protagonist of local transformation.
The first concrete experience meant to generate nodes for inclusion in areas of segregation have been recently developed in the neighborhood La Estrella, in the municipality of San Miguel, in the second metropolitan belt ring of Buenos Aires, and was called 'Social Park'. Its aim was to organize the local community to enable it to recover for itself social values in conflict, such as: competitiveness and cooperation, solidarity and commitment, safety and recreation, training
and labor, future and present.
To revert the plight of the neighborhood the recovery of a vacant lot adjacent was proposed in order to undertake various containment activities there so as to allow the reintegration of young people in the educational system, the generation of tools for access to employment and microenterprise development to enhance local capacities. In this way the local people built a desirable direction and tested
management skills acquired by
the neighbors.
After a couple of years working in the area of Abasto through instances of effective participation in social and cultural networks in the area, and of academic contribution obtained via the formation of groups of students and representative local community members, working both within the structure of Architecture degree and the university extension through a research program, the 'Abasto Social Park' has begun to be implemented as the centerpiece of the
implementation phase of the
ongoing investigation.
Then, the project Social Park becomes a device which articulates the various scattered initiatives from the use of existing resources in Abasto in order to multiply the areas for public use among the diverse offer of institutions and private spaces and centers. In all cases, the aim is to encourage a sense of unity to the process, linking the set of tasks from the fulfillment of a central objective taken as common denominator:
the physical expansion and qualitative
improvement of the use of public space and the
conformation of an open system
of social cohesion by
these means.
From the point of view of the implementation of the project, a series of interlinked stages have been undertaken. The first is the presence of the various groups, institutions and individuals involved through meetings scheduled. In such meetings, each network member expresses its current ongoing projects, ideas and new proposals to contribute to the project as well as concrete availability and possibilities so as to facilitate building facilities, land, time, and other resources of physical order, to be included in the new map of the neighborhood and/or turn them into resources
for projects of new members
of the network.
Thereafter, they work on those initiatives that do not yet have a financing for certain in order to evaluate their degree of feasibility. This is happening specifically with the project of a theater circuit. It is a street theater experience across the neighborhood, developed jointly by an independent theater company and businessmen of the tourism sector, which is in the search for grants from the culture area of the City Government.
However, the majority of the ongoing
projects provides for their
self-financing.
Subsequent phases are related to the preparation of the environment and the tools that support the process. This entails the making of a map to visualize all network components and their offers. A complementary tool is the preparation of a website to facilitate joint work with the map as a sort of local agenda of public space, a timeline dealing with degrees of flexibility to handle month-to-month performance of the respective schedules. They can then expose the different events
in different areas of interest, while
the variation of the dynamic figure that
the Social Park will take over
time may be identified
in the map.
So, events of the civil associations, the theaters and cultural centers, the network of social institutions, the neighborhood groups, artists and universities are all linked, so as to form a larger network that allows the multiplicity of actors, while articulating the activities and agendas within a single display space, as well
as those of other initiatives that promote
the best use of public space
in the city.
The activities started are: football school for children, school support, opening and visiting artists' studios in the area, the tourist theater circuit, the summit of
street games, popular music festivals, workshops,
discussion forums, seminars on the social
Park, psychological care,
among others.
From social-urban survey tasks it was achieved to develop a diagnostic look of the site in the first instance. Then, a theoretical modeling was built and it was aimed to generate social containment networks, from the problems identified. Thereafter, using participatory discussion workshops, the initiative was validated with the local community, and presently, such a proposal
is in the process of implementation.
From this point of view, the Park project is installed as a tool capable of making a real possibility of social articulation and urban reconfiguration. Since this is an open and inclusive system, it represents as horizontal as possible the relations between different social actors outside the hierarchical structures and
that explains its confidence
in civil society.
In conclusion, in the traditional consolidated areas that go through acute fragmentation processes, that accentuate the problems of social exclusion and segregation, have begun to emerge including urban nodes by so isolated and small local initiatives. Thus, compared to a differential growth of the city, it is important to sustain, consolidate and reproduce this incipient experience of social parks, which lay containment networks, which strengthen neighborly relations, which offer new
opportunities to the people, and which
allow recovering societal
values in conflict.
© Guillermo Tella y Gustavo Diéguez